14 de junio del 2020
- Cinthya Pamela Azurdia Mejia
- 25 ago 2021
- 4 Min. de lectura
Esta fecha marcó mi vida, es imposible olvidarla y menos recordarla con lágrimas porque aún duele la forma en la que fui maltratada, como jamás pensé que alguien me iba a tratar; aun recuerdo la ropa que tenía puesta, los lugares y hasta el carro donde recibí los golpes más duros que jamás había recibido de alguien.
Nunca recuerdo que mis papás me pegaran como lo hizo él, nunca había recibido insultos de nadie de esa forma cómo lo hizo él y allí va un poco de la historia de esa noche no para provocar lastima si no para que otras mujeres piensen y analicen que no merecen un amor así lleno de violencia.
Era un domingo por la noche íbamos para mi casa a traer cosas, recuerdo que íbamos en camino cuando empezó a insultarme de nada, a decirme cosas que ni venían al caso y acusándome de que yo lo estaba engañado cuando yo no podía salir a ningún lado ni hablar con nadie, y claro en mi no estaba engañarlo estaba enamorada de él, que nunca pasó por mi cabeza estar con alguien más, me cansé de sus insultos y le grité que parara que porque había empezado a insultarme si veníamos bien y habíamos pasado un día tranquilo, en el camino cerca de mi casa a un costado de la carretera paró el carro y se bajó era toque de queda y esperé a que le bajara un poco el enojo y bajé a llamarlo a decirle que la policía nos podía ver y nos íbamos a meter en problemas, se subió al carro y empezó mi pesadilla me siguió insultando le grité que parara y cuando sentí ya me tenía agarrada del pelo solo recuerdo cuando mi cabeza tronaba en la puerta del carro y no me soltaba yo no sabía cómo defenderme y por más que gritara nadie me iba a escuchar en medio de la nada, me siguió golpeando hasta que me lo logré quitar de encima le dije que me dejara en mi casa y su respuesta fue NO, empezó a manejar y yo iba temblando sin saber que iba a pasar conmigo, se parqueó en otra calle y yo rápido me pasé para el asiento de atrás pensando que así ya no me iba a hacer nada, pero no fue así él también se pasó y me siguió pegando me daba tan duro en mi vientre diciéndome miles de ofensas que me empecé a quedar sin aire le dije cómo pude que parara que me estaba costando respirar y me dijo que le pelaba que no le importaba que yo me lo había ganado, tenia puños de mi pelo en sus manos de donde me había jalado cada vez que me golpeaba con ira, les juro que estaba viendo al mismo demonio, no había nadie que pudiera hacer algo por mi ni mis gritos en medio de una calle vacía, no podía bajarme del carro porque no tenía a donde ir; hasta que paró y volvió a arrancar el carro y me llevó directo a su apartamento cuando llegamos me quitó el teléfono y me dijo que me bajara y me entrara y eso hice, él se fue y yo en medio de un cuarto llorando sin saber qué hacer ni a quien pedirle ayuda, solo pidiéndole a Dios que me cuidara y que cuando regresara ya no pasara nada, pero no fue así, cuando llegó me tiró el teléfono y se sentó en la cama, le dije que si ya estaba tranquilo y su reacción fue voltearse y seguirme pegando y decirme cada ofensa que dolía me costaba defenderme, ¿que mujer va a poder contra un hombre? le dije que quería llamar a una amiga para que fuera por mi y que le juraba que no lo iba a ir a denunciar y fue peor me quitó el teléfono lo tiró arriba de su closet y me empezó a ahorcar, le dije que parara pero no lo hacía, me puso la almohada en la cara para que dejara de gritar, me tiró varias al piso y como pude me levanté y me encerré en el baño para que ya no me siguiera golpeando, esto es algo breve a todo lo qué pasó esa madrugada no sabía cómo iba a dormir a la par de alguien que me acababa de golpear de esa forma y que me decía que no le importaba si yo me moría.
¿Dónde quedó mi dignidad como mujer?
¿Dónde estaba el amor que decía sentir por mi?, y me pregunté muchas veces si había sido mi culpa, si yo me lo había ganado y claro que no, yo lo único que hice fue amarlo con mis defectos claro y con mis celos pero no merecía ser tratada de esa manera.
Esto es un amiga date cuenta, nunca aceptes ofensas, insultos o gritos porque en esto paran las faltas de respeto, el permitir que alguien se empiece a comportar de esa manera es aceptar que un día te golpee, y nadie merece recibir este trato.
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